No tan bravo
Acaban de presentar el Fiat Bravo en Italia. Lo han hecho con un despliegue de medios increíble en el que no faltó siquiera el Circo del Sol, actuando en una carpa cubierta que entre los comensales de mi mesa calculamos que, aproximadamente, debía tener más de 7.000 metros cuadrados.
Espero que los responsables de Fiat no sean supersticiosos, porque si lo son, el modo en que transcurrió la presentación debe hacerles pensar que sus expectativas lo tienen difícil, muy difícil, para salir adelante.
Los periodistas nos presentamos en el aeropuerto de Madrid por la mañana para tomar el avión... pero en Roma resultó que había, durante cuatro horas, huelga de controladores aéreos (la primera en la frente).
Tras una larga y tediosa espera, al fín entramos al avión e, incluso, llegamos a realizar el trayecto pero... una vez en tierra, hasta el piloto tuvo que salir del avión para ver por qué demonios no aparecía nadie a recogernos.
Solventada la situación, todos al hotel. Tráfico en Roma, llegada con prisas, ducha tipo "entro y salgo", salida hacia el evento, multitud enorme, carpa más enorme, y actuación circense.
Sentados en la mesa mirábamos embobados las piruetas de los artistas; gente colgada de lámparas, bicicletas de tres metros de altura, zancos enormes y, en el centro de todo, dos enormes hombres sujetando una tabla sobre la que se alzaba una frágil fémina. Pequeñas piruetas, impulso... hop, hop, hop y... tres volteretas en el aire durante un salto que fácilmente llegaba a seis metros de altura, vuelta hacia abajo... ¿dónde está la tabla? ¡CATAPÚM! Parece que la frágil fémina no es tan frágil.
Silencio en la carpa, más de mil personas sostienen la respiración. No ha pasado nada, parece decir la artista mientras se levanta. Mira la tabla, la toca, se sube (¿Va a intentarlo de nuevo? Está loca...)
Pues lo intenta. Impulso... hop, hop, hop y... tres volteretas en el aire durante un salto que fácilmente llegaba a seis metros de altura, vuelta hacia abajo... ¿dónde está la tabla? ¡CATAPÚM! De esta se ha hecho daño seguro, pensamos todos.
Y la frágil (borrad ese adjetivo, por favor) fémina se levanta dispuesta a demostrar que sabe hacerlo. Increíble, lo vuelve a intentar... Impulso... hop, hop, hop y... tres volteretas en el aire durante un salto que fácilmente llegaba a seis metros de altura, vuelta hacia abajo... ¿dónde está la tabla? Ahí está, justo a dos centímetros del culo de la artista, que lo ha posado sobre uno de los fornidos compañeros que la sujeta.
Todo un alarde de voluntad, pero no os cuento el silencio que hubo durante los intentos y los aplausos tipo "ya está, no vuelvas a intentarlo, lo has conseguido" que sucedieron a la tercera intentona.
2 comentarios:
hosties! pobreta...
El nuevo eslogan de Fiat: "No se rompe ni a la de tres".
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